5/09/2009

Cinco Etpas de la Enfermedad terminal



DOCTORA Kübler-Ross.

Cinco Etapas en la Enfermedad Terminal

La doctora Kübler Ross, fue una psiquiatra norteamericana-suiza que en las décadas del 1970 y 1980 entrenó a decenas de enfermeras, médicos y atendió a cientos de pacientes y moribundos cuando en hospitales y clínicas de Estados Unidos la muerte se negaba y se trataba el cuerpo como una “cosa”, casi como un maquina.

A pesar de ser creyente cristiana, no impuso su visión a nadie. Hizo retiros con centenares de personas para ayudarlas a enfrentar sus miedos, su rabia y prepararse para morir en paz. Una parte de esos retiros intensos están descritos en sus libros. El establishment hospitalario norteamericano la acogió y criticó con una mezcla de desconfianza y reverencia, porque fue mucho mas allá de la medicina oficial, adentrándose en el terreno de lo subjetivo, lo personal y lo espiritual. Es decir, más allá de la ciencia para ayudar a cualquier ser humano, pleno de dignidad. No solo a enfermos, ni a “terminales” y como todos nos vamos a morir, sembró una huella poderosa para todos nosotros.

Trabajando con paciencia guió y estableció casi una escuela, aunque no tiene discípulos ni continuadores, marcó un hito del Buen Morir en Norteamérica. Recuperó así la sabiduría ancestral de cualquier persona, las ayudó (y nos ayudó a todos) a trascender el miedo, la pena o la frustración del irnos y morir lo que consideramos tal vez a “destiempo” cuando no queremos, o no estamos preparados. Activó con su trabajo la bondad infinita que todos llevamos en el corazón, y nunca dividió a la gente ni a las personas, las unió. Su trabajo más que pionera fue sabio y compasivo, benevolente. Siendo medico y psiquíatra enfrentó el desafío de ser ridiculizada o la burla y los enfrentó con sabiduría, y tolerancia, sin ningún rencor. Lo dio todo por sus pacientes y colaboradores. La doctora Kübler Ross fue en cierta manera un “medico del alma” y no tan solo del cuerpo.

Lo maravilloso es que ella trabajó en hospitales y clínicas y fuera de ellos también. Comprendió la dimensión sufriente y benévola de lo que llamamos enfermo “terminal”. Aunque todos lo somos, por que también nos vamos a morir, aunque no nos gusta pensar en ello, ni menos hablarlo. Comprendió que los enfermos no necesitan nuestra lastima. Como dijo otro sabio “Cuando mi miedo toca tu dolor, siento lastima, cuando mi amor toca tu dolor, sentimos compasión” (Stephen Levine). Compasión es un cuidado amoroso y benevolente. Es misericordia, no es lastima. Hay un encuentro de dos corazones, no uno enfermo y uno sano. Este puente espiritual cruzo o transito la doctora Kubler Ross, por ello es recordada con amor y reverencia y admiración, es un clásico moderno de la medicina mundial.

Una década antes la Doctora inglesa Cicely Saunders, había hincado en el reino Unido y en el mundo del Hospice Movement, unA amera benevolente de morir, en el Saint Christopher , donde la Dra. Saunders murió mas tarde.

El místico y erudito Oscar Ichazo (creador de la escuela Arica) dice que todos nosotros somos terminales, aunque no estemos enfermos. Porque vamos a morir, no sabemos cuando ni como y la mayoría nos vamos a enfermar. En este sentido seria bueno prepáranos bien. Porque es inevitable.

La doctora Kübler Ross, iluminó, estimuló e inspiró a millones de buscadores de un buen morir, con esta descripción. En sus muchos libros dice que no todas las personas moribundas transitan estas escapas. Algunas personas se quedan estancada (Fijada o aferradas en una de ellas) en alguna, pro son el transito emocional y animo natural hacia el morir.

NEGACION o SHOCK

La persona cree que no va a Moreira, se cierra a ello, es demasiado violento, queda como aturdida. Prefiere cambiar de tema. Y, obvio, lo niega-

RABIA O FRUSTRACION

Todas las frustraciones vitales se suceden en rápida cadena una especie de berrinche “o pataleta” asalta a la persona: las preguntas típicas “¿por que a mí, por qué ahora, por que esto? Son una especie de ataque vital que arrincona a la persona en sus defensas psicológicas y emocionales y en su ego. Tal vez culpe a Dios.

NEGOCIACION O REGATEO

Uno cree que si “se porta bien” como buen chico o chica, la muerte pasara por el lado, a uno no le tocara. Hay que ser santo, bueno y hacer todo lo que uno le dicen. Seguir las instrucciones del medico y las recomendaciones de la familia o los seres queridos, Uno quiere creer que se librará de una muerte inminente.

DEPRESION O ABATIMIENTO

Ya pasado las etapas, llega el abatimiento, la dura realidad que uno se va a morir pronto, tal vez semanas, días, meses o unos pocos año. Ahora si que no hay esperanza de escapa. Uno se deprime.

ACEPTACION O PAZ.

Habiendo recorrido el penoso subir y bajar de emociones destapadas y de esperanzas truncas, uno acepta, entra en el remanso de la paz y se prepara para soltar todo, despedirse, agradece y se resigna. Tal vez empiece a tener visiones del mas allá, de seres que ya han muerto. Uno deja de luchar contra lo inevitable. Se desprende de todo.

Nada es tan simple. Hay personas que nunca transitan todas estas etapas. Pero es un buen “mapa” emocional y espiritual del periodo antes, durante la agonía y la enfermedad terminal.

Una guía alternativa y complementaria también poderosa se halla en “El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte del maestro tibetano de meditación budista Sogyal Rinpoche. Un libro best seller, presenta un amplio panorama y enseñanzas de sabiduría valiosas.

Reseña de Gustavo Jiménez Lagos


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