9/18/2008



EL CUIDADOR DE VACAS

Cómo aprendió a meditar en cinco etapas siguiendo los consejos de su maestro.


[The Joy of Living: unlocking the secret and joy of hapinness, de Yongey Mingyur Rinpoche. Three Rivers Press, New York, 2007 pp. 158-160.]


Hace muchos años en India, había un niño que cuidaba vacas y que pasaba la mayor parte del tiempo cuidando las vacas de su maestro. Cuando cumplió sesenta años, algo incómodo se dio cuenta y se dijo: “Este es un trabajo muy aburrido. Cada día es la misma cosa. Sacar a las vacas a pastar, mirarlas comer, y llevarlas de vuelta a casa. ¿Qué se puede aprender de esto?”. Después de pensar en el asunto por un tiempo decidió renunciar a su trabajo y aprender a meditar. De modo tal que pudiera liberarse de la monotonía del samsara (la rueda cíclica condicionante que nos hace sufrir).

Luego de entregar su trabajo viajó a las montañas. Un día vio una caverna en la cual había un mahasiddha (un maestro de poderes milagros del meditar). Después de ver al mahasiddha el cuidador de vacas se sintió muy alegre, y se acercó solicitando su consejo sobre cómo meditar. El maestro accedió y le dio instrucciones básica y le enseño como usar los pensamientos como soporte. Luego de recibir las instrucciones el cuidador de vacas se asentó en una caverna cerca y se puso a practicar la meditación indicada.

Como la mayor parte de nosotros, encontró problemas de inmediato. Durante todos sus años como cuidador de vacas, se había enamorado de ellas, casi por costumbre y cuando trataba de practicar lo que el mahasiddha le enseñaba, los únicos pensamientos e imágenes que tenia (en la meditación) en su mente eran de las vacas que había cuidado. Entonces se propuso firmemente el suprimir esos pensamientos de vacas que seguían apareciendo. Y mientras más trataba, más ay más fuerte se presentaba los mismos pensamientos e imágenes de vacas.
Luego llegando al agotamiento mental, fue donde su maestro y le dijo que tenia terribles dificultades para practicar sus enseñanzas y seguir sus instrucciones. Cuando el mahasiddha le pregunto el tipo de problemas, el cuidador de vaca explico sus dificultades. “Eso no es problema” le dijo el maestro “Puedo enseñarte otro método. Se llama meditación con vacas”
“¿Qué?” Dijo el cuidador muy sorprendido.


“De verdad, hablo en serio” le dijo el mahasiddha. “Todo lo que tienes que hacer es mirar las imágenes de las vacas que pasan por tu mente. Míralas mientras las sacas a pastar, cómo pastan y cómo las llevas de vuelta al predio. Cualquiera que sean los pensamientos que ocurren, simplemente déjalos pasar”

De modo que el cuidador de vacas se fue retorno su caverna y se sentó de nuevo a practicar con este nuevo tesoro de instrucciones. Debido a que no estaba tratando de bloquear sus pensamientos esta vez la meditación se desarrolló sin problemas. Comenzó a sentirse muy en paz y feliz. No echaba de menos a sus vacas. Y su mente creció en calma, mas equilibrada y mas flexible.

Después de un tiempo volvió donde el mahasiddha y le dijo. “OK, ya completé la meditación con vacas, ¿qué hago a continuación”? El maestro le dijo, “muy bien. Ahora que has aprendido a calmar tu mente, te enseñaré el segundo nivel de meditación con vacas. Estas son las instrucciones. Medita con tu cuerpo como si fuera una vaca”

De modo que el cuidador de vacas regresó a su caverna y comenzó a practicar las instrucciones, pensando: OK ahora soy una vaca. Tengo cuernos y pezuñas, digo: muuu, Como pasto…

E hizo esta práctica y se dio cuenta que su mente estaba aun mas calmada y feliz que antes. Cuando sintió haber dominado esta practica y le preguntó si había un tercer nivel de instrucciones.

“Si” le dijo el mahasiddha lentamente “Para el tercer nivel de meditación con vacas tienes que enfocarte en hacer crecer cuernos”

De modo que el cuidador de vacas regreso a su caverna para aplicar las instrucciones de su maestro, enfocándose solo en el pensamiento de tener cuernos. Se concentro en el tamaño de los cuernos, su ubicación, su color, la sensación de su peso en cada lado de su cabeza. Y comenzó a salir de la cabeza para darse un alivio. Pero a medida que lo trató comenzó a sentir un obstáculo con el techo de la caverna, haciendo imposible el salir. Miró hacia arriba para examinar el obstáculo, y para su sorpresa tenia dos largos cuernos que salían de los lados de su cabeza. Al torcer su cuerpo hacia los lados logró finalmente liberta de movimientos y salió de la caverna corriendo aterrorizado donde su maestro.


“Mira lo que ha ocurrido” gritó “Me diste esta meditación de las vacas y ahora ¡me han crecido cuernos”! ¡¡Esto es horrible!! Es como una pesadilla” dijo el cuidador de vacas.

El mahasiddha se rió con entusiasmo y dijo “No, es maravilloso” exclamó. “Has logrado el tercer nivel de la meditación con vacas. Ahora debes practicar el cuarto nivel y pensar: Ahora no soy una vaca y no tengo cuernos”

Muy ordenadamente el cuidador de vacas regreso a su caverna y practico el cuarto nivel de la meditación con vacas pensando, Ahora no tengo cuernos, ahora no tengo cuernos, ahora no tengo cuernos. Después de algunos días de practicar así, se despertó en la mañana y descubrió que podía salir de la caverna sin ninguna dificultad. Los cuernos habían desaparecido.

Sorprendido corrió donde el maestro y le dijo “Mira, no tengo cuernos ahora! ¿Cómo es que ha ocurrido esto? Cuando pensé que tenía cuernos aparecieron, cuando pensé que no tenía cuernos desaparecieron. ¿Y por qué?”

El mahasiddha le respondió “Los cuernos aparecieron y desparecen por la manera como enfocas tu mente. La mente es muy poderosa. Puede hacer que las experiencias sean muy reales, y puede hacer que también no aparezcan como reales también”

“Oh”, dijo el cuidador de vacas.

El maestro siguió explicando. “Los cuernos no son el único que aparecen o desaparecen de acuerdo enfocas tu mente. Todo es similar. Tu cuerpo, la otra gente—todo el mundo. Su naturaleza es la vacuidad (emptiness, shunyata), nada existe de verdad excepto en la percepción de tu mente. El reconocer esto es tener verdadera visión. Primero necesitas calmar tu mente. Y luego necesitas ver las cosas con claridad. Este es el quinto nivel de la meditación con vacas, aprender a como equilibrar tanto la tranquilidad como la verdadera visión”

El cuidador de vacas retornó una vez más a su caverna, meditando con tranquilidad y verdadera visión. Después de unos años, se transformó en un mahasiddha (maestro de meditación de poderes milagrosos) por si mismo y llegó a estar en calma y a liberarse del sufrimiento del samsara.

[ Algunas evidencias cientificas recientes del poder de los meditarores avanzados (sobre 10.000 horas de meditacion en los ultimos 10 años) con monjes tibetanos y meditadores pricipantes (menosd e 10.000 horas en total , se puede encontrar en el informe IONS. Click aqui. Esto no es parte del cuento narrativa]



Traducción del inglés de
Gustavo Jiménez Lagos

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