El lado saludable de enfermarnos
EL LADO SALUDABLE DE ENFERMARNOS
La vida es un tesoro y la salud también. Todos lo apreciamos. Tal vez la enfermedad queda como un refugio sagrado en medio de tanta desolación y abandono.
No vivimos solamente para trabajar, pagar impuestos, pagar cuentas y sostener a nuestra familia. Eso es cierto, lo hacemos todos y todos los días. Pero nos enfermamos igual.
La enfermedad no es solo un asunto medico. Es un asunto profundamente humano, casi sagrado. Es un asunto medico también pero es mucho mas que ello. Aquí exploraremos los otros aspectos tal vez demasiado descuidados pero vitales del enfermarnos.
1. Cuando enfermamos tenemos licencia o permiso para reposar, descansar “salir de la circulación” o circuito del trabajo y los deberes cotidianos.
2. Cuando enfermamos tenemos derecho a ser atendidos en forma privilegiada o ser “regaloneados” por quienes nos cuidan y sirven durante la enfermedad. De hecho hasta tenemos el derecho que “quejarnos” de dolores, molestias e incomodidades. Es aceptable.
3. En este ambiente de cuidados, en general recibimos dieta especial; comida, entradas ( o entremeses) , sopas, postres y demás amenidades a nuestro gusto cuanto puedan proveer quienes nos cuidan.
4. La enfermedad es un tiempo de balance vital de profunda reflexión existencial, humano. No en el sentido de hacer filosofía abstracta sino de “aquilatar” cómo nos enfermamos y “salimos de la circulación o circuitos del trabajo y la vida común”.
5. La enfermedad es una maravillosa oportunidad de “recomponer alianzas” emocionales con parientes, familiares, seres queridos, amigos o relaciones que se habían debilitado o dañado o enfriado. Tal vez ellos (amigos y parientes) quieran acercarse o nosotros a ellos, o ambos. Tal vez sintamos la desolación y el abandono que nos “muerde” de una soledad en que podemos habernos aislado en el resentimiento y la falta de perdón. La enfermedad abre el espacio del perdón, pero no es automático. Requiere un acto consciente: “te perdono, necesito perdonarte” se dice uno mismo primero. Luego perdona (o no).
6. La enfermedad es un periodo para sopesar nuestras vulnerabilidades, nuestras carencias, lo que nos duele de la vida. Sabernos o recordarnos nuestra mortalidad y nuestra natural inter-dependencia de los demás, de sus favores, de sus amores, de sus servicios, de su dinero y aprecio. Como dicen en un país africano “soy porque somos”.
7. Enfermarnos es también recuperar fuerzas debido a como dice Hamlet “los golpes y dardos de la inmisericorde fortuna” o simplemente los golpes que nos da la vida a todos.
8. Finalmente no queremos mejorarnos si no podemos volver fortalecidos a “circular” en la sociedad en el trabajo. Enfermarnos es un espacio de duelo. De reposo y reflexión, de meditación y quizás de oración y contemplación. De acercarnos a lo divino al sentirnos tan humanos. Algún día, igual nos vamos a morir. Deberemos irnos. Esta enfermedad es casi un “ensayo chico” de esa perdida total, dejar de vivir.
En la cultura asiática, a veces los amigos del enfermo hacen muchos Origami o pajaritos de papel, y se los llevan al enfermo y llenan el cuarto del enfermo con estos “pajaritos”; un símbolo que desean que nos recuperemos o volvamos a “volar” en lo cotidiano
Como dijo Violeta Parra la poetisa y cantante chilena “El amor con sus esmeros, al viejo lo vuelve niño y al malo solo el cariño, lo vuelve puro y sincero.”
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